Celebra DCS UQRoo la sesión de marzo del Seminario Permanente de Investigación

Celebra DCS UQRoo la sesión de marzo del Seminario Permanente de Investigación

Celebra DCS UQRoo la sesión de marzo del Seminario Permanente de Investigación
Ante docentes, autoridades, administrativos y alumnos de la DCS, el Dr. Luis Núñez Jaramillo, explicó que los desórdenes en el consumo de alcohol representan una de las causas de muerte y enfermedad más importante a nivel mundial.
Ante docentes, autoridades, administrativos y alumnos de la DCS, el Dr. Luis Núñez Jaramillo, explicó que los desórdenes en el consumo de alcohol representan una de las causas de muerte y enfermedad más importante a nivel mundial.
- Con el tema “Actividad eléctrica cerebral asociada a desórdenes en el consumo de alcohol”.
  • 02 de marzo del 2017
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El jueves 02 de marzo de 2017, la División de Ciencias de la Salud de la Universidad de Quintana Roo realizó la sesión mensual del Seminario Permanente de Investigación DCS 2017, en la que se contó con la distinguida participación del Dr. Luis Núñez Jaramillo, Profesor Investigador de Carrera, con el tema “Actividad eléctrica cerebral asociada a desórdenes en el consumo de alcohol”.

Ante docentes, autoridades, administrativos y alumnos de la DCS, el Dr. Núñez Jaramillo, explicó que los desórdenes en el consumo de alcohol representan una de las causas de muerte y enfermedad más importante a nivel mundial.

Con el objetivo de comprender mejor forma las alteraciones que el consumo de alcohol produce en el cerebro, se han realizado diferentes estudios empleando herramientas diversas tales como la Tomografía por Emisión de Positrones (PET), la resonancia magnética funcional y la electroencefalografía cuantitativa (EEGc).

De entre estas técnicas, la EEGc presenta importantes ventajas en cuanto a costo del estudio y a la definición temporal que se puede alcanzar con sus resultados, permitiendo observar cambios en la actividad cerebral en el orden de milisegundos.

En esta sesión del Seminario Permanente de Investigación se abordó en primera instancia, bases teóricas del análisis cuantitativo del electroencefalograma, con el objetivo de poder distinguirlo del análisis visual que se efectúa de manera habitual en la práctica clínica.

De esta forma, entre la información que puede arrojar la EEGc se encuentra la cantidad de energía invertida en un rango de frecuencia determinado (delta, theta, alfa o beta) en cada uno de los sitios en que se coloca un electrodo.

En base a ello se puede, además de elaborar un mapa de la actividad eléctrica cerebral de la persona, también es posible comparar contra sujetos controles o contra una base de datos normalizada, de manera que se puede observar si los desórdenes en el consumo de alcohol, presentan algún correlato neurofisiológico específico.

Se ha encontrado que los sujetos con dependencia al alcohol presentan una mayor actividad beta y theta que los sujetos controles.

De igual forma, el Dr. Nuñez Jaramillo explicó que el consumo riesgoso de alcohol es otro desorden hasta ahora poco estudiado a nivel neurofisiológico, y que puede ser riesgoso para el usuario o para las personas a su alrededor.

El consumo riesgoso de alcohol tiene un importante impacto a nivel social porque está asociado a conductas como beber y conducir, beber y tener contacto sexual de riesgo, accidentes automovilísticos y otros percances relacionados que suelen terminar en las salas de urgencia de los hospitales.

El Dr. Núñez Jaramillo comentó  que en el Laboratorio de Neurofisiología de la División de Ciencias de la Salud de la Universidad de Quintana Roo, se realiza un estudio acerca de los correlatos neurofisiológicos del consumo riesgoso de alcohol en el cuál se identificó que esta condición se encuentra asociada al enlentecimiento de la actividad beta, sobre todo en la región frontal y centro-parietal, así como a un incremento en la actividad beta en el área centro-parietal.

Posteriormente, se realizó una comparación entre los correlatos neurofisiológicos del consumo riesgoso de alcohol y de la dependencia a esta sustancia en etapas tempranas.

De forma interesante se encontró que los correlatos neurofisiológicos del consumo riesgoso de alcohol no se encontraban presentes en los sujetos con dependencia a esta sustancia. También fue evidente que la actividad eléctrica cerebral de nuestra población con etapas tempranas de dependencia al alcohol no es la que se reporta en pacientes con estados más avanzados de esta condición.