La mayor parte de las personas con enfermedades crónico-degenerativas ignoran por completo que tienen un padecimiento que pone en riesgo su vida y por lo tanto no llevan a cabo hábitos que les ayude a sobrellevar un control, lo que en principio hacer destacar la importancia del papel que pueden desempeñar los expertos farmacéuticos como orientadores de prácticas sanas y administradores de medicamentos que le permita mejorar su calidad de vida a los pacientes.

Un ejercicio aplicado por la Dra. Karla García Uitz y el Lic. Juan Vázquez Palacios en comunidades rurales de Quintana Roo, en las que se presentaron 95 personas a quienes se les brindó una plática sobre las enfermedades crónicas-degenerativas, así como indicaciones para manipular, conservar y administrar los medicamentos en forma correcta, identificándolos perfectamente para evitar otro problema de salud, arrojó como resultado que el 49% de los asistentes padecen enfermedades crónicas degenerativas lo cual ignoraban.

Dentro de las enfermedades crónico degenerativas, la que con mayor porcentaje está presente, es la Diabetes Mellitus, con un 57%, le siguieron dislipidemias e hipertensión arterial con 25.5 y 17.5% respectivamente y de ese 49% de pacientes, el 95% lleva un tratamiento de manera inadecuada y por ende con falta de seguimiento y en algunos casos hay personas que indican padecer dos enfermedades diagnosticadas.

Para ellos, resulta de mucha utilidad la asistencia de los expertos farmacéuticos, que, utilizando la posología adecuada, puedan aclarar las dudas sobre los tratamientos y su duración, desarrollando actividades que fomenten la adherencia terapéutica mediante la implantación de estrategias de mejora y así evitar la resistencia a los medicamentos.  

Lo más preocupante, es que en la mayoría de los casos indican que no tienen conocimiento pleno de la enfermedad que padecen, así como de los alimentos que deben de evitar y los hábitos indispensables para que su tratamiento sea efectivo, al carecer de la información necesaria ignoran los efectos que pueden tener los medicamentos recetados y en muchas ocasiones los dejan de ingerir ya que sienten que no les ayudan.

Lo anterior conlleva a que las enfermedades empeoren teniendo en muchos casos consecuencias que pueden llegar hasta la muerte del paciente.

Cabe destacar que un factor determinante de la adherencia terapéutica radica en la falta de educación, ya que no comprenden la gravedad e importancia de sus enfermedades y se guían solamente de sus propias experiencias o sugerencias de terceras personas.

Este ejercicio ponderó el papel del farmacéutico, mismo que ha evolucionado a lo largo del tiempo, pasó de ser un elaborador de medicamentos hacia un proveedor de servicios y de información e incluso como proveedor de cuidados de salud.

Tradicionalmente los farmacéuticos han basado su actividad en el medicamento, sin embargo, en la actualidad, su rol profesional se está reorientando hacia los pacientes que utilizan medicamentos manteniendo la complementariedad y transversalidad con acciones de promoción de la salud.

La salud es primordial para el bienestar de la población, sin embargo, existen algunas condicionantes para alcanzar un buen estado de salud dentro las cuales se encuentran el limitado acceso a medicamentos de calidad y la dificultad para ser asistidos por profesionales sanitarios capacitados.

A eso se debe agregar que en muchas ocasiones los pacientes no se percatan del beneficio potencial debido a problemas con la selección del medicamento, la dosis empleada, administración inadecuada o falta de adherencia al tratamiento.

El farmacéutico busca garantizar la integralidad del cuidado de salud individual y colectiva, promueve la protección de la salud, a través de la prevención, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de la enfermedad, basando en el medicamento el insumo principal y procurando su acceso, así como el uso racional.

Es de mencionar que finalmente con el ejercicio de la Dra. Karla García Uitz y el Lic. Juan Vázquez Palacios, el impacto que generó la educación sanitaria impartida por los farmacéuticos fue notorio, ya que la mayoría de los participantes con enfermedades crónicas dijeron haber comprendido lo que deben de tener como hábito, ya sea en su tratamiento o en su alimentación, y otras personas que desconocían sobre algunos aspectos de dichas enfermedades pudieron identificar sus errores y corregir lo que antes consideraban que era cierto.