La producción de langosta espinosa del Caribe no es homogénea en las diferentes zonas de captura de Quintana Roo, en gran medida por las condiciones geomorfológicas, la disponibilidad del hábitat adecuado para la especie y la presencia de fenómenos naturales, los pescadores cooperativados de Cozumel tienen en la Bahía del Espíritu Santo el mayor campo de aprovechamiento, pero se necesita conocer hasta qué punto es posible explotarlo de tal forma que no se afecte la sustentabilidad del crustáceo.

Lo anterior forma parte de las conclusiones del libro “Investigaciones Marinas en el Golfo de México y el mar Caribe Mexicano”, editado y coordinado por la Universidad de Colima, en donde, en dos capítulos, participan los Doctores Martha Angélica Gutiérrez Aguirre y el Dr. Adrián Cervantes Martínez, profesores investigadores adscritos al Campus Cozumel de la Universidad de Quintana Roo.

Los sectores pesqueros adyacentes del Norte de la ínsula de Cozumel sólo aportan del 3.6 al 3.9 de la producción total de langosta de Quintana Roo, y aunque su pesca es estable, el rendimiento es mucho menor que lo que se logra en la Bahía del Espíritu Santo.

En el extenso libro se dedica un capítulo al estudio de la langosta espinosa del Caribe, Panulirus argus, recurso pesquero de alto valor en el mercado internacional y captura tradicional de los pescadores cooperativados de Cozumel, el análisis fue realizado por los alumnos de la licenciatura en Manejo de Recursos Naturales, Ingrid Vanessa Tafoya Gutiérrez,  Lizbeth Tamayo Chan, y el pescador local José Canto Noh, bajo la supervisión de los profesores investigadores Dra. Martha Gutiérrez Aguirre y Dr. Adrián Cervantes Martínez, estos últimos miembros del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).

En la página 463 del mencionado libro, coordinado por el Dr. Alfredo Pérez Morales, de la Universidad de Colima; José Aké Castillo, de la Universidad Veracruzana; y Carlos Antonio Poot, del Tecnológico Superior de Champotón, Campeche; se recopilan investigaciones recientes que abarcan desde organismos microscópicos hasta macro especies que son susceptibles de producción pesquera, y en los cuales las alumnas de Manejo de Recursos Naturales presentan un análisis de las zonas de pesca del Norte de Cozumel, de las temporadas 2015 a 2018.

Desde 1960, la Cooperativa de Producción Pesquera Cozumel es la única con concesión para la extracción de langosta del Caribe, tanto en la ínsula como en la Bahía del Espíritu Santo, siendo esta segunda, la zona donde extraen la mayor parte de la producción, por lo que se necesita saber hasta qué punto era posible explotar el área de forma que no se afecte la sustentabilidad de la especie.

Para este fin, se midieron varios factores, como son los registros de captura por cada una de las 10 embarcaciones que laboran en la zona, estructurando una base de datos con folio, fecha, código de embarcación y el peso de la captura legal, para determinar las fluctuaciones a lo largo de las tres temporadas de pesca, que para esta especie es de julio a febrero del siguiente año.

De las temporadas estudiadas, la de mayor captura registrada fue 2017-2018, sobrepasando las 20 toneladas, con un mes de alta captura que fue noviembre con 3.6 toneladas. Durante las temporadas 2015-2016 y 2016-2017, la captura total fue en promedio de 16.5 toneladas y 15 toneladas, respectivamente, donde julio fue el de mayor producción.

Con este estudio queda claro que la producción de langosta del Caribe, en las diferentes zonas de captura de Quintana Roo, no es homogénea, en el caso de Cozumel el comportamiento de captura por temporada es muy similar, donde los primeros meses es de altos volúmenes, y posteriormente va descendiendo hasta el periodo de enero-febrero, que se presenta un ligero repunte.

Esta estabilidad, destacan los autores, se debe a que, desde hace más de una década, se emplean métodos y artes de pesca tradicionales, por lo que se liberan los especímenes que no cumplen con la talla mínima legal, por lo que, al respetarse a la especie, su captura se hace sustentable para siguientes temporadas.

Este libro se terminó de imprimir en diciembre de 2020 y comenzó su distribución en el presente año.