El diálogo filosófico ahora es cibernético y es un reto para la enseñanza en general, ya que se tienen varios problemas por cumplir como la tecnificación, una nueva didáctica y otras muchas más que se enfrentan con el arribo del “ágora digital” que llegó para quedarse.

Con la participación de docentes de diferentes disciplinas filosóficas y distintos niveles académicos, el 24 de noviembre se llevó a cabo el conversatorio por el Día Mundial de la Filosofía, “La enseñanza de la filosofía en la actualidad”, organizado por el Departamento de Humanidades y Antropología de la División de Humanidades y Lenguas de la Universidad de Quintana Roo.

Al frente del conversatorio, como moderador estuvo el docente Fidel Argenis Flores Quiroz, quien como primer cuestionamiento planteó que si al hacerse por medios digitales, por medio de la tecnología, no se estaba “traicionando” a la propia filosofía en el sentido de Hidegger. Las respuestas vinieron de las profesoras Estefanía Velázquez, Ximena Torres-Campos Lecuona, el maestro Francisco Macías Morales y el Dr. Mariano Rodríguez González. 

En general se coincidió que esta es más que nada una adaptación, un cambio, citando a Heráclito, para quien el cambio era la única constante. Para la Mtra. Estefanía Velázquez incluso el que ahora se dé la filosofía por medios digitales es una gran oportunidad, pues los profesores tienen la oportunidad de ingresar a un campo que los jóvenes y en general las nuevas generaciones manejan de mejor manera.

Para la Mtra. Ximena Lecuona, el ágora, el espacio de debate, ahora es digital, lo que se trató de colocar desde hace años como un espacio de confluencia y que ahora, con la pandemia, tuvo la casi obligatoriedad de formar parte de la vida académica diaria, “y el ágora digital llegó para quedarse”, dijo.

Por su parte el Dr. Mariano Rodríguez, profesor de la UAEMex, señaló que, si bien se tienen grandes retos por la tecnificación de la educación, ya que la atención de los alumnos es menor, significa un reto para los docentes que tiene que hacer sus clases con la misma pasión con la que lo hacían de forma presencial.

Coincidieron en señalar que los estímulos que se tienen por la vía digital son muchos, aunque también conlleva una serie de problemas inherentes como el que los estudiantes o los profesores no cuenten con la estabilidad de banda, o bien los equipos para poder hacer uso correcto de las tecnologías no son los adecuados, todo ello forma parte de las cuestiones que van más allá del docente o del alumno, pero que se deben tomar en cuenta al momento de conducir el aprendizaje.

Finalmente, señalaron que por el momento no se puede hablar de una democratización de la filosofía y sus disciplinas por el solo hecho de ser vía digital, por lo que los profesores y los programas de estudio deben modificar, cambiar para ser más atractivos, más motivadores, que se preocupen más por los contenidos que por la forma de enseñar o de evaluar.