Tras casi dos décadas de estudio básico sobre el zooplancton de agua dulce y anquialino en la isla de Cozumel, el investigador de la Universidad de Quintana Roo, Dr. Adrián Cervantes Martínez y un equipo de trabajo, encontró un copépodo diaptomido de agua dulce de vida libre, al cual se le nombró “Mastigodiaptomus ha” (del vocablo maya agua), lo cual quedó registrado en una reciente edición de la revista científica Diversity.

“Este copépodo se registró previamente en ecosistemas continentales de agua dulce en la región Norte y Noreste de la placa continental del Península de Yucatán en cenotes de la parte continental de Quintana, en el municipio de Puerto Morelos (en la ruta de cenotes). Así, con el fin de explorar las posibles diferencias entre las poblaciones insulares y continentales de esta especie, se analizó su diversidad fenética y genética mediante la realización de comparaciones morfológicas y también mediante la exploración de las diferencias de las condiciones del hábitat y las secuencias genéticas”, explicó el investigador.

Destacó que la diversidad de zooplancton de agua dulce (o de salinidad muy baja) es aún poco conocida en México, particularmente en referencia a las comunidades de zooplancton que viven en sistemas acuáticos insulares como lo son cenotes, lagunas, charcas, pozos que se encuentran en la isla, en este caso Cozumel.

Los copépodos diaptomidos son un grupo de microcrustáceos de no más de un milímetro de largo, muy extendido en todo el mundo y México alberga una gran diversidad de diaptomidos. Basado en una muestra reciente de zooplancton de agua dulce en Isla Cozumel, se presentó el primer registro de un copépodo diaptomido de un ecosistema de agua dulce de la isla.

De acuerdo con el investigador, los resultados coinciden con la tendencia de que los diaptomidos neotropicales tienen patrones de distribución restringidos y altos niveles de endemismo. Asimismo, el análisis realizado reveló una divergencia genética baja, entre ambas poblaciones.

Igualmente, tanto la morfología como las condiciones del hábitat se parecen mucho entre sí en estas dos poblaciones. La baja divergencia genética entre las poblaciones continentales e insulares de este copépodo sugiere un origen común temprano de la especie en la historia geológica de la península, la cual tiene aproximadamente 60 millones de antigüedad, así es que este tipo de investigaciones sirve entre otras cosas, para comprender cambios climáticos en escalas considerables de tiempo.

El equipo de investigación encabezado por el Dr. Adrián Cervantes Martínez y la Dra. Martha Angélica Gutiérrez Aguirre, se complementa con Eduardo Suárez Morales, investigador del Colegio de la Frontera Sur en Chetumal, y Sarahi Jaime, alumna de la Maestría en Ciencias Marinas y Costeras, quienes realizaron el documento que se sometió al arbitraje internacional y que fue publicado en inglés en la mencionada revista Diversity.