La Licenciatura en Farmacia, una carrera de reciente creación en México y que rápidamente consolida su lugar en los equipos médicos, se imparte en la Universidad de Quintana Roo (UQRoo) con tres especialidades: Desarrollo y producción de medicamentos, Bioquímica clínica y Farmacia hospitalaria y social.
“Me veo como un profesionista que no existía hasta hace poco, nuevo integrante en los gabinetes y laboratorios de las instituciones de salud públicas y privadas, que comparte con los profesionistas médicos, de la enfermería y laboratoristas, la misión de que la medicina sea más efectiva, social y humana, minimizando los efectos secundarios y maximizando los positivos, en beneficio de los pacientes y de la salud pública”.
Lo anterior lo expresó convencido el estudiante de sexto semestre de esta carrera, Br. Enrique Javier Méndez Cuéllar, quien a pesar de haber elegido la Licenciatura en Farmacia como segunda opción, hoy está plenamente convencido de la importancia científica, hospitalaria y social de un profesionista emergente, moderno e interdisciplinario, que debe combinar conocimientos médicos, de biología, física, farmacopea, química, entre otros.
Mi visión de la medicina se ha transformado conforme avanzo en mi carrera y me siento afortunado por la oportunidad de convertirme en un profesionista de la salud del siglo veintiuno; ser parte de los cambios en este campo del conocimiento, en la transformación de los hospitales públicos y particulares, buscando que la salud del paciente y de la sociedad se conviertan cada vez más en el centro de toda la medicina.
El futuro farmacólogo Enrique Javier lo tiene muy claro: “En breve el país registrará un déficit de farmaceutas, debido a las recientes reformas a las leyes de salud, por lo que esta disciplina se convierte en una de las profesiones que tendrá un amplio abanico de oportunidades en hospitales y laboratorios; afortunadamente la UQRoo es una de las pocas instituciones, cinco o seis cuando mucho, que la imparten en todo el país.
Al explicar lo que está aprendiendo dice que ahora sabe cómo se hace un medicamento, su diseño y producción, pero además el papel del farmaceuta es más activo y enriquece el trabajo de las instituciones, al tener presencia en los hospitales y en la forma en que los pacientes son medicados, al grado de poder diseñar las dosis y frecuencias para cada persona, según su enfermedad y la reacción de su propio organismo, más allá del diseño masivo de los medicamentos y éste es uno de los cambios precisamente, señala.
Es una carrera con mucho campo de estudio y un gran futuro, cuyos límites son los que uno mismo se imponga y el horizonte tan amplio como nuestras propias aspiraciones, concluyó, al reiterar que está muy convencido de estar formándose como un Licenciado en Farmacia, el profesionista del futuro de la medicina.
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