Para el apoderado legal de la asociación civil Inclusión con equidad, Fermín Ponce de León, la industria del turismo en México y en el mundo si ha trabajado en la inclusión de personas con discapacidad; sin embargo, el reto ahora es crear destinos y espacios con modelos más allá de lo inclusivo, que apuesten a un diseño universal, que no sólo le sirva a la persona con discapacidad, sino al que se rompió un pie y anda en muletas, a una persona recién operada que no puede tener toda la movilidad temporalmente, a un adulto mayor, o hasta a un deportista lesionado.

En la “Charla con expertos”, organizada por el Departamento de Turismo de la División de Desarrollo Sustentable de la Universidad Autónoma del Estado De Quintana Roo (UQROO) desarrollada este 29 de marzo en el auditorio universitario del Campus Cozumel, el especialista, persona ciega, señaló que el Turismo inclusivo permite la igualdad de oportunidades de todas las personas para desarrollar la totalidad de acciones que componen la actividad turística de un destino, de manera cómoda, segura y autónoma, que permite la rentabilidad económica a las empresas.

Un estudio desarrollado en 2015 por la Open Doors Organization, cuantificó en 17.3 billones de dólares el gasto que realizan los adultos estadunidenses con discapacidad en sus viajes, cifra que podría ascender a 34.6 billones de dólares, considerando que estas personas suelen estar acompañadas por una o más personas. Asimismo, en otro estudio de esta misma organización determinó que más de 26 millones de adultos estadunidenses con discapacidad viajaron por placer y/o negocios, generando un total de 73 millones de viajes.

En este contexto, previo a la pandemia, de acuerdo a las estadísticas de Datatur, en México el turismo fue una de las actividades económicas más importantes, que contribuyó con el 8.4% del PIB nacional; empleó directamente alrededor de 3.8 millones de personas; generó 32.1 millones de llegadas de visitantes extranjeros, ubicándose en el noveno lugar y en el decimo séptimo por ingresos de divisas al captar 17.5 miles de millones de dólares, en el ranking mundial turístico de la Organización Mundial del Turismo (OMT).

Señaló el ponente que, en su asociación civil, conformada por cinco personas con discapacidad visual, quienes tienen un enfoque multidisciplinar en materia de accesibilidad, han trabajado en promover los derechos de las personas con discapacidad visual, física, auditiva e intelectual, incidiendo con proyectos transversales que fomenten la igualdad y no discriminación, que les permita la participación en la vida cultural y en el ocio.

Esta asociación, destacó, brinda capacitación en materia de acceso a la información, educación, turismo inclusivo y derechos de las personas con discapacidad enfocada, por lo que señaló darle mucho gusto el poder trabajar con alumnos universitarios, pues es importante que conozcan de estos temas.

Señaló que pretenden reducir las barreras actitudinales en las personas que trabajan en el Turismo, trabajar en espacios cada vez más accesibles, “como en este auditorio, que no le vendrían mal unas rampas para el acceso de personas como yo y que les serviría a profesores que se rompieron un pie, que los acaban de operar; en fin, nos serviría a todos”.

Al saber que muchas de las preguntas que se hacen a personas con discapacidad es “cómo le hacen”, durante toda la charla les explicó cómo usa la computadora, cómo por medio de software especializado puede escuchar en su chicharo, cómo vivió la pandemia, cómo ha salido de una relación personal de 10 años y ha tenido que volver a ser autosuficiente, entre otros detalles que le permitieron mantener la atención de los estudiantes y profesores presentes.