Más que altas concentraciones de metales pesados, en las costas de la Bahía de Chetumal y algunos puntos de la costa de Yucatán, se han encontrado grandes concentraciones de arsénico en las poblaciones de Tursiops truncatus (delfín nariz de botella), metaloide que, de acuerdo con estudios preliminares, podría provenir del sargazo pelágico que inunda el Caribe y las costas de la Península de Yucatán.

En el marco del Seminario Permanente de la División de Desarrollo Sustentable de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo (UQRoo), el investigador especialista en grandes especies, Dr. Carlos Alberto Niño Torres dio a conocer el informe preliminar de la investigación “Evaluación de metales pesados en Tursiops truncatus de la Península de Yucatán”.

El Dr. Niño Torres estudió biología marina en la Universidad de Bogotá “Jorge Tadeo Lozano”, en Colombia, donde comenzó su trabajo con delfines de río en la Orinoquía colombiana. Posteriormente, realizó estudios de maestría y doctorado en el Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM y durante su maestría (2002-2005) continuó con el estudio de la ecología de los mamíferos marinos, enfocándose en los delfines del Golfo de California, utilizando los isótopos estables como una herramienta para conocer los patrones alimentarios del delfín común.

Fue durante el desarrollo de su doctorado (2006-2009), que modificó su línea de investigación hacia la contaminación ambiental, sobre todo hacia los contaminantes organoclorados en tres especies de mamíferos marinos en el Golfo de California, y desde el 2010 forma parte de la plantilla de investigadores de la UQRoo, dedicado sobre todo a grandes especies marinas.

Señaló que, desde hace un tiempo, tras un caso en Minamata, Japón, que se vertieron metales pesados como el mercurio a los ríos y de ahí al mar, afectando las cadenas tróficas que llevaron a que los pescadores obtuvieran especies llenas de mercurio y estas pasaran a los seres humanos.

A raíz de esto, se han dado diferentes investigaciones para conocer de los metales pesados en las especies marinas, sobre todo en las que encabezan la cadena alimentaria, y por eso decidió comparar las costas de la Bahía de Chetumal con las costas del norte de Yucatán, en la búsqueda de metales pesados.

Así, en esta presentación preliminar señaló que se han encontrado densidades menores de 5 gramos sobre centímetro de metales, siendo el metal más abundante en los dos lugares el zinc, seguido por el hierro, pero lo que más se encontró fue la presencia de arsénico en las dos regiones.

Del zinc se encontraron en el caso de las costas de Yucatán más de 1500 miligramos por kilogramo, entretanto que de fierro se detectó una media por arriba de los 400 miligramos por kilogramo y de arsénico cerca de 100 miligramos por kilo.

En el caso de la Bahía de Chetumal, el índice encontrado de zinc fue de una media de alrededor de 500 miligramos, mientras que de fierro fue de un poco más de 600 miligramos por kilogramo y de arsénico de cerca de 300 miligramos por kilogramo.

Señaló que la presencia de arsénico en la Bahía de Chetumal puede considerarse muy alta, por lo que se preguntaron en el estudio las causas, encontrando que en varios estudios previos se ha hablado de la presencia del arsénico por las grandes cantidades de sargazo pelágico que se ha presentado en la costa del Caribe en general.

Afirmó que si el sargazo contiene el arsénico es porque es un buen material bio-absorbente de este metaloide, el cual no se genera en las costas de México, sino que muy probablemente viene de la minería en las orillas de los ríos de la cuenca de la Amazonía.

Finalmente, destacó que en esta investigación la UQRoo trabaja en conjunto con investigadores de la Universidad Autónoma de Yucatán, de la Red de Varamientos del Estado de Quintana Roo, con el apoyo de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente y el Conahcyt.