Aunque existe un incremento en la producción académica sobre la dendrocronología a nivel nacional, las áreas tropicales siguen siendo poco exploradas, en gran medida por la dificultad de las especies arbóreas, que en su mayoría no generan anillos, pero se han encontrado otras formas de investigar, donde países como Brasil llevan amplia ventaja, señaló el Dr. Teodoro Carlón Allende, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, Unidad Morelia, quien realiza trabajo de campo en Isla Cozumel.

En una conferencia llevada a cabo en el auditorio universitario del Campus Cozumel de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo (UQRoo) la mañana de este lunes 19 de febrero, el investigador de la UNAM señaló que, desde hace tiempo, había querido investigar en las selvas tropicales, y ahora que vino a trabajar con una estudiante del Doctorado en Desarrollo Sostenible, no lo pensó dos veces para venir a Cozumel.

La dendrocronología es la ciencia que utiliza los anillos de crecimiento de los árboles, datados exactamente al año de su formación, para generar series de tiempo que pueden ser utilizadas para la reconstrucción de variables climáticas como: precipitación, temperatura, evaporación, así como fenómenos como incendios, erupciones volcánicas entre otras.

Señaló que ha trabajado sobre todo en bosques de pinos, ya que estas especies de árboles si generan un gran número de elementos como los anillos de crecimiento y cicatrices o formaciones que indican la presencia de fenómenos como incendios, inundaciones, sequías, erupciones volcánicas, erosión, procesos de remoción de masas, entre otros.

Mostró ejemplos de cada una de las evidencias que dejan los fenómenos naturales, como las cicatrices por incendios, en algunos casos con presencias cíclicas, las erupciones volcánicas como la del Paricutín (que en este 20 de febrero cumple 81 años de haber hecho erupción), o la del volcán Chichonal, en donde la vegetación completa fue devastada.

Todos estos datos de análisis no sólo sirven para saber cuándo se dieron los fenómenos o la edad de una especie, sino que permite planear el desarrollo de una zona, si hay ciclos de incendios recurrentes, si hay inundaciones recurrentes, para prevenir y planificar el desarrollo regional o acciones que protejan la vida, el patrimonio de un área específica, o un atlas de precipitaciones, por sólo mencionar algunos ejemplos del uso de la dendrocronología.

El Dr. Carlón Allende está apoyando las investigaciones de la doctorante Thalía González Ortega, quien desarrolla un proyecto de dendrocronología de Isla Cozumel, como parte de su tesis doctoral.