México, con su vasta riqueza natural y sus costas extensas, se enfrenta a un desafío ambiental creciente: la contaminación por microplásticos. Estos pequeños fragmentos de plástico, invisibles a simple vista pero omnipresentes en todos nuestros ecosistemas, representan una amenaza silenciosa para la vida silvestre, los ecosistemas marinos y terrestres, e incluso para la salud humana. Recientemente, un equipo de investigadores mexicanos, encabezados por la estudiante del Doctorado en Desarrollo Sostenible, Diana Marcela Caro Martínez, publicó un estudio exhaustivo en la revista Science of The Total Environment que arroja luz sobre el estado actual de esta problemática en el país.
Los microplásticos son partículas de plástico de menos de 5 mm. Provienen de diversas fuentes, desde la degradación de plásticos más grandes (botellas, bolsas, empaques) hasta microesferas presentes en productos de cuidado personal y fibras sintéticas liberadas al lavar nuestra ropa. Una vez en el ambiente, su tamaño diminuto les permite infiltrarse en todos los niveles de la cadena alimentaria y alcanzar incluso los rincones más remotos de nuestro planeta.
El estudio, liderado por Diana Marcela Caro, quien estudia el Doctorado en Desarrollo Sostenible en el Campus Cozumel de la Universidad Autónoma del Estado de Quintana Roo (UQRoo), en compañía de un equipo multidisciplinario de destacadas instituciones mexicanas como la propia UQRoo, el Colegio de la Frontera Sur y el Instituto de Ecología, Pesquería y Oceanografía del Golfo, en lo nacional y de University of WisconsinSuperior, en lo internacional, compila y analiza la información existente sobre la contaminación por microplásticos en México. Los hallazgos revelan una distribución más que preocupante de estas partículas en diversos entornos, desde playas y lagunas costeras hasta sedimentos y organismos marinos.
Este artículo científico revisa el estado actual de la investigación sobre microplásticos en México utilizando el método PRISMA, recopilando información que buscó conocer la distribución, caracterización y abundancia de microplásticos en diferentes matrices ambientales.
Asimismo, se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de datos de documentos científicos desde 2014 hasta 2024, encontrándose 80 artículos científicos que documentan estudios en matrices ambientales como sedimentos/suelo, biota, agua y atmósfera en 20 estados de México.
La matriz ambiental más estudiada es el sedimento, en particular la arena de playa, seguida de la biota, el agua y la atmósfera, centrándose en las formas y colores de microplásticos más reportados, que son las fibras transparentes y azules, principalmente hechas de polipropileno y polietileno.
Para Diana Marcela Caro, la presencia de microplásticos tiene múltiples repercusiones negativas. En la vida silvestre, pueden ser ingeridos por peces, aves y mamíferos, provocando bloqueos digestivos, inanición y liberación de toxinas. A nivel de ecosistema, alteran la composición del suelo y el agua, afectando la biodiversidad y los procesos naturales.
Detalle que se han encontrado restos de microplásticos en grandes mamíferos como los manatíes de Laguna Guerrero, Quintana Roo, donde es escasa la presencia humana, pero sus eses fecales contienen microplásticos. Eso es alarmante, comentó.
Aunque la investigación sobre el impacto directo en la salud humana aún está en desarrollo, la ingestión de microplásticos a través de alimentos y agua es una preocupación creciente para la comunidad científica.
En el artículo no solo se detalla el problema, sino que también subraya la urgencia de adoptar medidas. Los autores enfatizan la necesidad de mayor investigación . Dina Marcela detalla que es crucial entender mejor las fuentes, la distribución y los impactos a largo plazo de los microplásticos en los diversos ecosistemas mexicanos. En todos los ecosistemas hemos encontrado su presencia, enfatiza.
Asimismo, destacan que son necesarias políticas públicas efectivas. La implementación de regulaciones más estrictas sobre la producción y el uso de plásticos, así como el fomento de la economía circular. Al respecto, Caro Martínez señala que está trabajando en una red de investigación sobre microplásticos, en donde no sólo se pueda informar para la toma de decisiones sino que se conciencie a la población de no usar plásticos de un solo uso.
Así, destaca el artículo científico otro tópico a trabajar: la conciencia y participación ciudadana a través de la reducción de nuestro consumo de plásticos de un solo uso, el reciclaje adecuado y el apoyo a iniciativas que promuevan soluciones sostenibles.
Para Diana Marcela Caro, la contaminación por microplásticos es un problema complejo que requiere un enfoque integral. Este estudio es un recordatorio contundente de la magnitud del desafío y la necesidad de una acción coordinada entre gobiernos, industria, científicos y la sociedad civil. Juntos, podemos trabajar para proteger los recursos naturales de México y garantizar un futuro más limpio y saludable para todos.
El artículo publicado en la revista Science of the Total Environment , firmado por Diana Caro, fue apoyado y acompañado por los investigadores de la UQRoo, Dr. Carlos Niño Torres, Dr. Oscar Frausto Martínez, Dra. María del Pilar Blanco Parra, así como los investigadores del Colegio de la Frontera Sur, Dr. Pierre Charruau y Dra. Nataly Castelblanco Martínez; de la Universidad Autónoma de Campeche, Dr. Jaime Rendón von Osten, y de la Universidad de Wisconsin-Superior, Dra. Lorena Ríos Mendoza, puede leerse de forma gratuita --en inglés-- en https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2025.179772
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