El Cascanueces, una producción que se convierte en un viaje con mucha imaginación y alegría infantil es parte de los festejos de la época más celebrada en el mundo y a través del vals de las Flores, la Danza Árabe, la Marcha, el Hada de Azúcar, lo han convertido en uno de los ballets más representados del planeta.

De esta manera las puertas del teatro recibieron en dos funciones a la comunidad chetumaleña que disfrutó de esta espectacular puesta en escena; la maestra Karla Ayora recordó que la primera vez que se hizo fue en 2015 cuando aún no había teatro y se continuó hasta 2019 que se dejó de presentar pues la pandemia del Covid restringió las aglomeraciones.

El ballet está integrado por estudiantes, egresados, e invitados especiales, la obra está dividida en 2 actos en los que se lucieron las cualidades de Gerardo Barragán como responsable de la escenografía, del staff a cargo de Lourdes Pérez, la tramoya con Heiden Balam, el vestuario con Mariana Polanco, Manuel Salazar, Martha Jiménez y Guillermo Acosta.

Esta fue una adaptación sobre el original de Marius Petipa y con música de Piotr Ilich Tchaikovski la cual resultó muy emotiva porque convivieron actores desde los 6 años hasta los 87 y fue muy gratificante por el respaldo de los padres de familia que no sólo colaboraron en el vestuario sino también con su tiempo y confianza porque fueron muchos días de ensayo que se coronaron con el aplauso de los asistentes a las dos funciones.

La directora de la obra agradeció al Patronato de la UQRoo que preside Germán Gaytán por el respaldo que recibieron los integrantes del Ballet porque con su apoyo fue posible la noche de magia y espíritu navideño en el teatro del Centro Cultural Universitario.

Con esta obra se busca el enriquecimiento cultural de la comunidad universitaria, la presentación de la obra clásica El Cascanueces contribuye a la formación integral de los estudiantes al acercarlos a expresiones artísticas de alto valor histórico y estético.

Esta también es vinculación académica e interdisciplinaria y su montaje favorece la colaboración entre diversas áreas, danza, música, teatro, diseño, comunicación y gestión cultural fortaleciendo el aprendizaje práctico y la interacción entre facultades. Participar en una producción escénica permite que los estudiantes desarrollen competencias reales en interpretación, producción, iluminación, escenografía, coordinación y gestión de proyectos culturales.

La UQRoo ofrece un escenario institucional para una obra de esta magnitud impulsa el reconocimiento del talento artístico y técnico de los estudiantes, potenciando su visibilidad dentro y fuera de la universidad. Fortalecimiento del sentido de comunidad Un espectáculo de carácter familiar y tradicional contribuye a crear espacios de convivencia, identidad y pertenencia entre estudiantes, docentes, familias y público general.